OTOÑO
Algo inexplicable atrae
en la tarde de sol escaso. Quizás sea el ocre que va tapizando lentamente las
sierras, o los jirones que aún quedan de un verano ardoroso.
Me entrego, y dejo asediarme
por matices profundos, cuelgan algunas
hojas movidas por el viento, refrescando sin permiso las ramas casi desnudas; otras recostadas
en sus raíces transforman su existencia en crujiente colchón.
Otoño, serenidad.
Adueñándose de los últimos
latidos de semillas retrasadas, vacía la
paleta. Soledad de árboles, nidos sin sombras; me apoyo en el último verde,
como náufrago; y el asombro invade mi vista ante la gama de tostados y
amarillos.
Otoño
el sol del verano pasó a las hojas de los árboles del otoño , haciendolas amarillentas
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