Fluyen las palabras como lava del volcán

miércoles, 8 de junio de 2016

NADA








NADA

 Fue esa tarde, de palomas en la ventana de  esa casona antigua, de café negro en la mesita  de la esquina blanca, de labios rojos recién pintados, y aroma amaderado.
Fue,  la mirada perdida en tu mirada, el temor de rozar la mano y sentir el ruido a cadenas rotas. El misterio del diálogo impersonal, el círculo que contenía las palabras, el sendero marcado por los duendes, el azar jugando a los milagros.
Fue el destino.
 Fue lo  único y fue la nada.
De tanto fue, me miro hoy desdoblada  en el espejo, mi rostro no expresa sentimiento  alguno. Me sobresalta la imagen reflejada entreabriendo los labios - quiero verte - sonido destemplado que resuena en mi habitación.
Mutismo punzante.
Ni réplica, ni objeción… ausente.
Fue esa tarde, lo único, la nada.