Fluyen las palabras como lava del volcán

viernes, 25 de octubre de 2013

REALIDAD






REALIDAD

Que te quedes, te pedía en noches arrebatadas.
Que te quedes, y tus brazos, amaneceres tibios, me arropaban la piel.
Y te diluías, como transparente polvo de estrellas, en el agua de la vida. Y te buscaba en los mediodías de sol, entre las flores que quedaron olvidadas en el jarrón.
Que te quedes te pedía, silenciosa, mientras mis ojos atrapaban tu mirada esquiva.
Y me tomabas, suavemente, como un cristal pronto a romper, abrigando sueños.
El tiempo como arena, entre las manos se filtraba y me bañabas de amor, mar inquieto, infinito cielo.
Que te quedes te pedía.
Otras caracolas se desvivían por tu espuma, y tu rebelde fuerza danzaba entre mi amor y medusas.
Una noche serena, te deslizaste muy cerca, la luna marcó tu sombra, mis manos en vano persiguieron tus formas.
Monté al caballo , hinqué mis talones a sus costados, enfurecido corrió llevándome hacia el olvido.
Superé la pendiente del destino, salté hasta el infinito abismo; caí rendida ante  la realidad manifestada.

Que me quede me pedías... tu voz en la lejanía.
Sangra aún mi herida.



martes, 22 de octubre de 2013

EL GRAN HOMBRE PEQUEÑO





EL GRAN HOMBRE PEQUEÑO.


La mentira atravesó como jabalina envenenada la credibilidad. De un salto se apoderó de un cuerpo que no le correspondía, se hizo fuerte al vencer su inocencia, y sin darse cuenta él, quizás, fue creciendo a pasos enormes, como gigantes de las montañas andinas. Y el hombre, enorme antes, fue decreciendo de tamaño, hasta quedar pequeño, y grande su mentira.
Juan está en ese rincón del sillón, tapizado en tela  azul con rayas en raso gris plomo, su rostro sombrío, no refleja más ese brillo particular que despedían sus ojos chispeantes  marrones. Turbios hoy, surcado por finas líneas. Su frente amplia marca la preocupación de no poder vencer a  quien se apoderó de él. Inútilmente pide respuestas a sus preguntas, ella gana en segundos y hace relucir  su réplica, otra mentira. Y cada vez más pequeño queda, el hombre grande.
Su mirada busca las de ella, suplicando el perdón que no sale de su pequeña boca. Y quiere tomar su mano,  acariciarla, como en otro tiempo. Pero ella la retira al descuido, no sabe ya quién la acaricia, si él o su mentira.
Se levanta lentamente, le pesa su espalda, y sus piernas  arrastra con dificultad. Juan camina hacia el portón de algarrobo, corre el cerrojo, entreabre y sale hacia la calle, un remolino lo envuelve en una fina tierra impalpable, se mete en sus ojos y caen las lágrimas.
Vuelve a cerrar el portón, ella queda parada, se apoya en el farol del jardín tristemente, y mira como se marcha.
Tras las lágrimas una mueca semejante a sonrisa marca el  rostro de Juan, es la mueca de la mentira que ganó la partida.
Juan perdió la posibilidad de ser feliz.



miércoles, 2 de octubre de 2013

BESOS FALLADOS





BESOS FALLADOS


Abrí, capullo rosado, mi boca y lancé deliberadamente un beso que partió raudamente hacia destino.
Saludó en su corto recorrido al aire que lo impulsaba, dejando un trazo fino sabor a frambuesa.  Las nubes retuvieron sus gotas para dejarle paso, y luminoso el espacio se abrió para que llegue sin contratiempos y más rápido.
Agazapado, un silencio malo estiró sus manos, miró con ojos nefastos y al pasar justito a su lado… resonó un crujido que cortó el aire tibio, volviéndolo en gris y frío. Un sonoro ruido hizo desviar al cariño, dividió sin piedad al beso que llegó a ti faltándole un trocito.
Beso fallado tengo, me dijo al recibirlo!!!
Abrí mis labios y  apoyé mi boca sobre su boca, sin dejar espacio alguno para darle ventaja  al envidioso silencio, y  me quiera  malograr el beso.
No fue estrepitoso, ni rimbombante…  suave sí, hasta casi sosegado, tan tierno que al instante había sido devuelto,  con una mezcla de deseo acalorado que nadie puede decir que fueron esta vez besos fallados.