Fluyen las palabras como lava del volcán

jueves, 15 de octubre de 2015

EQUILIBRISTA








EQUILIBRISTA
 Camina sobre el acero tirante, confiada y segura. Conoce el camino varias veces transitado. Ni un solo temblor le hace perder su estabilidad ficticia.
Abajo, el abismo, la gente, los afectos,  cruzar esa ancha avenida sin caer al vacío de la autenticidad.
Un paso, otro, y otro más, como algunas veces, como casi siempre. Todo perfecto.
Una brisa circulante pasa por casualidad, o por causalidad, mueve la barra.
Se desploma la falacia.
Sorprendida, la mentira perdió el equilibrio. 

jueves, 8 de octubre de 2015

LA VOZ - LA PALABRA


















LA VOZ – LA PALABRA

La palabra se acurruca en el borde de los labios como gorriones en un nido, y sale expelida como saeta virgen.
Recorre el espacio neutral, entre tu oído y mi boca. Penetra sin pedir permiso, sin pagar peaje, ni levantar barrera alguna.
Mi palabra saliente, puede llenar de felicidad indomable a tus sentidos receptores, o, puede hacer que llene de sustancia acuosa tus ojos.

La escuchas.

La palabra va naciendo letra por letra, negra, azul, roja, verde, según  el color del instrumento que la asienta en un papel, y dirigida por una mano que responde  a las órdenes provenientes del pensamiento.
La palabra escrita, la palabra estampada, la palabra muda.
La palabra que espera ser leída.
La palabra  que quiere ser interpretada.
La palabra que dice sin emitir sonido.

La lees.

Perdón
Amor
Yo
Libres
Cómplices

La palabra que quiere ser interpretada, la palabra que quiere ser oída.

EL GNOMO





EL GNOMO

Le llamó la atención ese punto luminoso en la pared, y, como buen gnomo curioso, se aproximó lentamente. Se paró frente a él y acercó un dedo. Tocó ese diminuto punto y al instante un trueno lo ensordeció, una fuerza tremenda le arrancó del piso, cerró fuerte los ojos, le volaban los cabellos y una de sus botas quedo en la habitación mientras ese impulso lo arrastraba por el túnel con aroma a peperina.
Cayó dentro de una lata de conservas cuando terminó ese alocado viaje trascendental, se encontró entre una niebla espesa que invadía el paisaje. Se dio cuenta que flotaba en las aguas de un tajamar.
Sintió un ruido, creyó que  el tacho-balsa había golpeado con una rama, pero se equivocó, era una cucharita de plástico que había quedado desde la última fiesta de colectividades. La tomó con la mano y comenzó a remar. Divisó una hermosa extensión de tierra y pasto y en la orilla descansaban patos y gansos, unos árboles inmensos trataban de desperezarse estirando sus ramas a través de la neblina. Siguió su recorrido hasta ver un murallón de piedra y más atrás una edificación en forma de torre con un reloj. Se acercó al borde, unas algas hicieron de ancla y el gnomo pisó tierra firme, se dirigió a los saltitos hacia la escalinata, entró por una puerta de madera marrón y sin que ningún turista madrugador lo vea, subió la escalera hasta llegar a donde el mecanismo del reloj marcaba las horas. Un vientito suave le refrescaba las mejillas rosadas, la niebla se disipaba. Con dos dedos tomó la manecilla del reloj la hizo retroceder.
Resonó el trueno una fuerza lo absorbió cerro los ojos… cayó sobre algo…abrió los ojos era su bota perdida. Regresó a su lugar de origen.