Fluyen las palabras como lava del volcán

jueves, 26 de marzo de 2015

TRANCE INTRÉPIDO











TRANCE INTRÉPIDO

La he visto, y de verla... la asusté dándole un grito… prontamente se retiró... envuelta en un manto gris con luminiscencias doradas. Quiso pasar desapercibida pero me di cuenta a tiempo.
No obstante, al día siguiente, mientras me levantaba para preparar el café con leche, la descubrí ahí, parada bajo el árbol del ciruelo. Corrí las cortinas, pensando que con ese movimiento se iría nuevamente, pero no fue así, solo trepó por las ramas frágiles, haciendo caer una que otra ciruela madura. Y no la divise más por ese día.
Me preocupaba su presencia momentánea.
Me intranquilizaba saber, que en cualquier circunstancia surgiría de la nada.
Me sobresaltaba cualquier ruido.
Me angustiaba pensar en ella.
No quería obsesionarme, trataba en vano de no cavilar o elucubrar ideas sin sentido.
En vano.
Infructuosos eran mis intentos por quitar de mi mente, ese presentimiento de que golpearía mi puerta, entraría sin permiso alguno, y se  instalaría en el mismísimo sillón verde musgo, en donde siempre me siento yo.
Acostada en la cama, me cubría con una sábana suave, apoyaba mi cabeza en la almohada, y los pensamientos desfilaban como elegantes soldados uniformados, marcando el paso bajo el embrujo de la música de una banda militar, uno tras el otro.
Bastaba una palabra, o dos, un gesto, para renovar su traje de presencia gris,  y percibirla.
Frente a mí está.
La luna giró  las llaves del portón, y escapó presurosa, la observé fijamente. Me levanté con la premura de un caracol, trepando la infinita pared del vecino tratando de alcanzar el tallo de una rosa, sin clavarse una espina. 
Mis manos taparon mis oídos, mi boca se abrió como bostezo matinal después de un desvelo nocturno. 
Firme, después de inhalar aire fresco de razonamiento y cordura, sin vacilar un BASTA cruzó mi interior profanado por ella.
Fue en ese trance intrépido, cuando la desconfianza se diluyó…

martes, 10 de marzo de 2015

DIMENSIÓN













DIMENSIÓN 

Resbalo entre el trópico y manto polar. En esa vorágine diaria caliente y fría ruedan las horas como nueces prontas a ser partidas para formar parte del Pan Dulce en Navidad.
Borrados  montañas y grietas, la planicie se presenta difuminada, hasta el instante mismo que lo paralelo se hace instante.
Disiento, discrepo, me atrevo y penetro en la perspectiva de lo ocurrido y por ocurrir. No hay arrepentimientos, ni tiempos perdidos. Actual o inexistente.  La línea trazada divide imperceptible lo futuro con mi presente, nada para recoger, nada para anular, nada evitable. 
Dispersos mis yoes en partículas idénticas con diferentes modos  vivenciales, confluyen hacia lo trascendente.  Ahogarme en memorias y utopías, entre el enigma y la realización.
Auxilia mi agonía el olvido, arrebatándome del exilio.
Naufrago  entre los engranajes del reloj y el no tiempo,  simultáneamente.

No hay remate  dimensional, nada es estricto. 

sábado, 7 de marzo de 2015

JAQUE MATE










JAQUE MATE

Nada percibe la sombra que sube, ni las confluentes de los ríos saben su fin.
No se mide la palabra con distancias, catapulta de feroces letras que golpean el muro de  la boca cerrada.
Cansados de andar, los pies dan pena por su renguera, y siguen doblando esquinas, uno por uno los peldaños elevan, piedras, caminos indisolubles.
Sentencia el silencio refugiarse  en el laberinto sordo, de nada sirven arbitrajes entre la vida y la muerte. Como bufón enfurecido brama la memoria, infla el pecho y salta frente al espejo, caen los trozos pequeños de reflejos, gime el corazón.
Se corta la vena con el filo de respuestas no nacidas, de preguntas no queridas.
Yace el cuerpo sin conciencia.
Victoriosa la reina grita jaque mate.



viernes, 6 de marzo de 2015

CUENTOS EMBUSTEROS







CUENTOS EMBUSTEROS

Desparramados desde el centro y hacia afuera, el vacío queda en los suburbios de un cuerpo que aún late.
Ventanas los ojos, observando marrones enmarañados con enredaderas verde oliva
Se hace puerta el corazón excluyendo resentimientos, barre sin piedad la escoba memoriosa, y caen en la vereda  tantos sueños, tantos golpes, muchos besos, pocos acompañamientos, pocos esfuerzos.
Sortilegio, sus cabellos, que una vez tejieron sus dedos.
La mirada danza, sin esquivos, y su voz, grillo noctámbulo, resuena en los  tímpanos.
Inútilmente batallar con años
La utopía del amor primero se deshace, como se deshace la casa de chocolate, se pierde la ilusión, como la sandalia. Los besos de príncipes y princesas terminan tan falsos en su final, como el traje del emperador. Se olvida la palabra mágica y ya nada responde ni con un Ábrete sésamo. Se duerme el amor como Cenicienta, sin que llegue nadie a desvelarlo. La canasta con dulces se pierden en el bosque de cemento. La manzana no es partida por flecha alguna. Y lo que fue una gallina con huevos de oro, hoy es simple lata oxidada por la diaria rutina del desamor. La cigarra engreída, canta,  desvalorizando el quehacer de la hormiga. Mientras un Pinocho quiere convencer a un Hada, que sabe de su mentira.  Caen Pulgarcitos,  patitos feos, y hasta un Hansel toma la mano de una Gretel para salvarse… y nos hacemos a la mar con Simbad…. tejiendo como Penélope…
Y se cierran los libros.
Se abre un cuaderno, como un bisturí que corta la carne, el lápiz escribe una realidad.
No hay enanos, ni leñadores salvadores, hay brujas egoístas, sirenas que cantan sobre piedras ilusorias, hay ladrones; pero no lámparas maravillosas. Hay ogros presuntuosos, oportunistas, hechiceras y hasta Alicias con conejos sin tiempo.
Ya no sangra el cuerpo. El naufragio lavo su flujo.
Muy dentro los músculos hacen repiquetear con los palillos el parche  llamando a ser  habitado
No sirve un cuerpo sepultado en la intemperie con recuerdos.
Ni llamadas a espejismos.
Ni alientos evocados.
Desparramados desde el centro y hacia afuera, el vacío queda en los suburbios de un cuerpo que aún late.