ARBITRARIEDAD
Saturado,
casi diría, completo, abarrotado, congestionado con polvillos históricos, limadura de recuerdos, corpúsculos
de besos, una que otra partícula milimétrica de abrazo constrictor en noche de
luna cubierta por nube negra y desatinada… el vacío, observado desde otro
hemisferio, se ve completo.
Improcedente,
el llanto forma humedales. Con total atropello los animados ojos son borrados sistemáticamente
por una mueca indignante.
Sin
piedad aparente, el retinto humo aventaja a un afiebrado aroma.
Y
el vacío… tan rebosante de vivencias, fenece lleno de pesadumbre ante el
capricho enceguecido.