LABERINTOS
Los recuerdos, sombras que buscan sortilegios para regresar, danzan a mi
derredor.
Aliento tibio, un beso susurra
“te quiero” y flota ingrávido
junto a una lágrima que no quiere evaporar.
La mano atrapa, con sus dedos finos y largos, un
rostro ya inexistente.
Ojos cerrados, bocas acopladas, rondan los amantes
en círculos.
La memoria hace
resurgir, nunca al descuido, proyecciones sin soles, cachetea la mejilla la realidad,
caen hechizos, se pierden los recuerdos en los laberintos mentales.
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