LA SILUETA
Sin límites, infinito, la sombra marca con trazo fino la sola
silueta. Llanura mental que no acepta montes ni dunas. Latente el plomizo cielo resguarda entre algodones almibarados,
la luz especulativa. Tranzan en juego divino nimbos y constelaciones,
soles y lunas.
Un meteorito vagabundo
se aproxima velozmente atravesando la atmósfera, vence el roce y no se
desintegra, su luz ilumina la figura…
La silueta pierde su sombra.
No sé si fue antes el texto o la fotografía, pero se funden perfectamente. Un abrazo.
ResponderEliminarAlfredo, la imagen primero. Gracias.
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