AMOR INCONDICIONAL
Teje y desteje con lana o con hilos de algodón. Una aguja de
crochet triple cero o dos agujas gordas de madera lustrosa. Teje ilusiones y
sueños como Penélope pero del siglo XXI
Suena el celular con su característico sonido de mensaje de
texto. Deja las agujas al costado y lo lee
-Hoy no puedo ir llámame.
Sus dedos rozan la pantalla táctil y las voces se acercan,
se funden, se confunden. Kilómetros de amor se unen.
Teje y desteje el tiempo. Ata las horas enhebrando días. Los
días unidos hacen pasar otro año.
Y el amor está ahí.
Con su notebook apoyada en las piernas, recostada en la
cama, chatea con él.
Despiden sus ojos
llamaradas de pasión, se tocan, se besan. Se acarician en el éter mágico
de la virtualidad. Y se recuestan juntos esperando el gran día.
Te llevo a mi pueblo- resuena en su oído.
Busco trabajo y no encuentro- se oye muy triste.
Aquí viviremos- muestra la imagen.
No puedo hablarte no tengo señal.
Hoy no se conectaron, se cayó el sistema.
Y peinan las canas el tiempo y la distancia. Los pies ya no
saltan, caminan lentamente. Una mano delgada apoyada en el bastón y una boina
tapa el frío en la calva….
Navidad.
El timbre suena en la mañana deja la taza sobre el platito
azul, se acerca…la imagen del portero
eléctrico la sobresalta. Tiemblan sus manos por el Parkinson que le dificulta
abrir la puerta. Frente a ella él.
Frente a él, ella.
Se licuan, funden, enredan, confunden, se adhieren, unen, se
aglutinan en formula sorprendente de años demorados.
Amor incondicional.
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