Fluyen las palabras como lava del volcán

jueves, 11 de diciembre de 2014

LA LLAMA













LA LLAMA
Desdibujo las sombras, la vela encendida danza entre blancos y naranjas despidiendo aroma a vainilla y un sutil humo trata elevarse, en vano se diluye en el  espacio. Tenue calor despide la pequeña llama. Frente a mí el espejo, frente al espejo ese intervalo que antecede  a mi figura. Imparcial observo bajo la atenta custodia de la llama de la vela, que sigue su ensayo danzarín, lo reflejado. Rostro gesticulando sonrisas programadas. Ojos parpadeando al unísono, acunados por lágrimas, algunas veces inoportunas y rebeldes, otras se tornan ingobernables, chispeantes, dulces. El cabello lacio insurrecto,  fino como lluvia otoñal. Boca deliberada, jugosa pequeña, hasta ser sometida a la prueba de repetir un Oooo largo escalonado, penetrante. Silueta lánguida con entrañas de chitta al  acecho.
Un ruido me distrae, las palabras sin sentido que despiden mis labios chocan contra el espejo - quién soy? Resuena y la llama se incorpora estilizando su forma. Soy polvo, arena, mar, loba, pez, flor y fruto. Recuerdos y promesas, gestiones y olvidos. Sufrimientos e ilusiones, realidades y mentiras.

Las sombras se refuerzan en la pared y el reflejo se aleja del espejo. Camino instintivamente hacia la puerta, la brisa apaga la llama, cae la vela. 

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