RESPUESTA EMBARAZOSA

Respuesta embarazosa

No pretendas que dé una respuesta a tu pregunta, no la tengo.

Así termina, mejor dicho así nace esta historia que quizás no debió comenzar nunca...pero el destino es determinante. Y como tantas cosas que determinan, esta fue una de ellas.

Impensada, pero lógica. Ineludible, pero evitable.

Los astros en ese instante estaban alineados, dirán los astrólogos. La luna en cuarto creciente, y justamente habíamos comido zanahorias, explicarán otros.

Gracioso ¿verdad? Tal vez si. O no, según en qué ángulo se mire, con qué óptica se enfoque el tema.

¿Será, en definitiva, tan complicado?

Antes, para nada embarazoso, en este instante, sí.

Y me vuelvo a tu pregunta, a la del inicio. No tengo la respuesta.

No sé si las alondras cantarán cerca del árbol de fresno, en las siestas como ese día...

Hacía calor, caminabamos juntos, se mezclaban nuestras sombras... por momentos.

Se involucraban, se rozaban, se moldeaban, se estremecían, fusionaban, implicaban... hasta que sucedió lo ineludible.

Por designio de celestial providencia, por una chispa, un relámpago, una trasmisión neurológica entre mis dendritas y las tuyas. Pasó.

La quimica hace lo suyo, los sentimientos ayudan, biólogicamente se fusionan los materiales, se dividen, transforman, se forman.

Está a mi lado, y entre mis dedos una tirita de cartón fina, blanca, en su extremo una flecha azul celeste, en el otro, dos pequeñísima rayitas de tenue matiz lila.

Y la pregunta, tu pregunta. Estás embarazada. ¿Qué hacemos?

No pretendas que dé una respuesta a tu pregunta, no la tengo.