Fluyen las palabras como lava del volcán

sábado, 28 de septiembre de 2013

EL SILLÓN





EL SILLÓN

Sin esperar respuestas, la ausencia se acomoda en el sillón verde musgo. Silencio acuna nostalgias y cerrado el ventanal, la salida es una aventura cuasi imposible.
El abrazo, tímido, se guardó entre las sábanas, el beso bajo almohadas con aromas a tilo. Las paredes impregnadas de pasiones nocturnas,  chorrean lastimosamente  minutos pasados.
Mis ojos buscan  lo que mi mente sabe, no está.
Sube peldaño a peldaño la ansiedad, ácida  corrosiva. Llega hasta mi mejilla y me cachetea para que entre en razón. Cuando siento el golpe,  que deja ardiendo mi piel, corro hasta el pasillo de la vida, esperando encontrar la llave  que destrabe la puerta.
Imposible.
Imposible?
Miro el sillón verde musgo.
Vacío.
Tu amor es la lejana esperanza de sacudir  las sábanas y levantar la almohada. De lavar las paredes,  de encontrar la llave.
Desamor hoy toma la mano, negar la verdad, por cobardía, o conveniencia.
Vivir entre la espera insustancial sin avanzar, y quedarse con un gris obsoleto.
O mentir, mentirse, mentirme.
O negar, negarse, negarme.
El sillón verde musgo se ve cómodo.
La lástima amontonada en un rincón, aguarda ser barrida.
Lenta, muy lentamente la verdad me dice la verdad.
Miro el sillón verde, acomodada la ausencia descansa.
Cierro los ojos.

Me miento lo que ya se, surge  una sonrisa mal pintada, brillan mis ojos, lágrimas ocultas.

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