PACIENCIA
Inesperadamente
me veo invadida por la Paciencia. Mis piernas, doble proyección de mi cuerpo,
se niegan rotundamente a obedecer mis pensamientos.
Una
implosión silenciosa, desgrana en miles de moléculas las ideas reinantes.
Chocan entre si dentro de mi mente y en vano puedo ordenarlas.
Paciencia.
Me
despego de ausencias y diluyo la última gota que quedaba en el borde de mi
párpado izquierdo, en el hueco de mis manos, llenas de agua perfumada.
Frente
a mí, el espejo.
Frente
al espejo yo.
Frente
a frente.
Y
en ese silencio reinante solo lo rompe
mi voz. Te extraño.
Espontáneamente
la paciencia toma mi mano, y toca la mano del espejo, fría. Sonríe mi reflejo.
Una
a una las moléculas de ideas van adquiriendo su forma original. Vuelvo a ser yo
misma.
Brillan
los ojos duplicados frente a mí, sé que llegarás, convertido en sorpresa, un
día de julio, cuando los vientos me peinen con notas húmedas de orillas de
ríos.
Paciencia.
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