El Sendero
Sostenida por la telaraña azul, estoy atrapada en la esquina de mis días despoblados de ti.
Entre la pared y el marco de la ventana pintado de blanco con cortinas a rayas verdes y amarillas, lucho con la araña que me atrapó.
Imposible.
Lo esquivo y sigo recordándote.
Y la araña sigue tejiendo su tibia tela, envolviendo con hilos pegajosos mis manos para impedir liberarme.
Un viento del norte cálido se filtra por una minúscula grieta entre la abertura y la pared secando los hilos, resquebrajándolos... el viento es cada vez más fuerte, como más fuerte es mi deseo de ser libre y estar a tu lado.
Lucha la araña por sostenerse y seguir su tarea absurda de adueñarse de mí.
Y el aire... ese aire que entra por mi nariz llena todas mis células... y mi boca... mi boca se abre para llamarte...
Libre, camino por el sendero pedregoso que me acercará a tus brazos.
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