Fluyen las palabras como lava del volcán

jueves, 15 de agosto de 2013

EL CUARTITO DEL FONDO






EL CUARTITO DEL FONDO

Juan camina lentamente hacia la puerta del cuartito del fondo de la casa.
Ese cuartito donde se guardan todas aquellas cosas que no se utilizan, según la estación de año que corresponda. En verano, el calefactor eléctrico se reserva hasta el próximo invierno en una caja marrón, pegada con cinta de empapelar para que sirva un año más, las bolsas con las frazadas lavadas de gruesa lana a cuadros rojos y grises desteñidos se acomodan en un armario, los cortinados pesados se envuelven en papel con ramitas de flores de lavanda, las alfombras y cubrecamas de terciopelo, esperarán su tiempo de uso. En invierno, la reposera de caño azul desgastado por el tiempo, las cajas con ropa fresca, la sombrilla a cuadros, la paleta de plástico y red para sacar los inocentes bichos que han caído imprudentemente en la pileta de natación.
Todo lo útil, pero inutilizable esta ahí, en el cuartito del fondo.
Hoy algo le llamaba la atención, ruidos, gemidos, voces.
Ruidos extraños.
Su cabeza comenzó a dar vueltas y su imaginación voló por los rincones de las posibilidades.
Gemidos, gemidos que solamente ella lanza, en noches de pasión.
Ruidos, voces. Alguien está con ella en ese cuarto. Le habla sensual, la provoca, le pide más. Y más.
Ella ríe alegre, jadea, con respiración entrecortada, le pregunta si lo hace bien, si le gusta. Y ríen nuevamente.
Juan esta seguro, ella lo engaña.
Camina sigilosamente hasta la puerta del cuartito del fondo. Cada paso que da, se van aclarando más las palabras que oye. Por su frente comienza a caer una gota de sudor, tiemblan sus manos, en sus ojos se presenta la imagen de ella, desnuda, entregada a esa
voz que él no puede definir de quién es.
Llega hasta la puerta del cuartito del fondo, su mano toma el picaporte, y lentamente lo baja.
Las voces siguen su ritmo, no perciben el descubrimiento de la traición.
Los cuerpos continúan cadenciosos los movimientos sensuales, lo indescriptible estará frente a sus ojos en unos segundos.
Su corazón comienza a latir fuerte, siente el dolor en su pecho, en sus sienes, siente que se ahoga.
Y la voz de aquél que le pide a ella más, que se entregue con más fuerza, con más pasión.
La traición.
La traición se descubrirá frene a su mirada.
¿Que hará ella?, ¿que excusa le dará cuando él esté frente a los dos?
En el armario se encuentra guardada la carabina, los matará sin piedad, como ellos no tuvieron misericordia por él.
Toma de la caja azul las doradas balas y llena el cargador. Lo ubica en su lugar, y camina seguro.
Ya nada le importa.
Perdió en el amor.
Abre la puerta.
Ella se sorprende.
A su lado un extraño.
Sus ojos rojos por la furia, ven entre la niebla del odio y el dolor los cuerpos juntos.
María, con respiración entrecortada por el esfuerzo lo saluda, mientras hace infructuosos movimientos para poder levantar unas pesas, mira al desconocido le pregunta si lo hace bien, el profesor de gimnasia le pide que ponga más pasión, mas entrega.
Juan cierra lentamente la puerta del cuartito del fondo. Y cae al suelo pesadamente.
Su desconfianza terminó.



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