Fluyen las palabras como lava del volcán

viernes, 16 de agosto de 2013

FUTURO




FUTURO

No vivo el hoy.
No vivo el hoy como si fuese el último día de mi vida.
Vivo cada día con la proyección de un mañana mejor.
No vivo el hoy, como una botella de vino bebiendo todo su líquido bordó… vivo el hoy, como una copa de vino saboreándola cada momento, cada sorbo.
Guardo siempre para mañana, otro trago, y cuando llega ese instante de disfrute  elegir el mejor sillón,  colocar la música que me agrada y volver a saborearla lentamente.
No le tengo miedo al mañana, ni al futuro, por ello proyecto al presente para el más allá. Los conflictos cotidianos los resuelvo con serenidad, es parte de la existencia, no podemos obviarlos. Recluyéndonos en un mundo ficticio, es colocar una venda en nuestros ojos. Salir a la lucha, mezclarnos con el ruido de las calles, llenarnos de sonidos, de luces, gritos, empaparnos del movimiento civilizado, negarlos es retroceder.
Aprendí,  lo que la vida me enseñó muy bien, que el mañana es mejor. Que el día presente tiene esa magia ínfima, que se convierte en pasado en un suspiro. Que lo precipitado se convierte en afabilidad, si así lo deseamos.  
Hoy es un segundo, siempre somos un mañana por vivir, no derrochemos en un solo soplo todo lo que podemos dar.
El ahora es calculador, matemático egoísta y frío, el hoy se aprecia en calma observando sus matices.  Mañana, con lo vivido, le podemos dar otras tonalidades, para quitarle el rotulo de mediocre o rutinario.
El día de hoy es cambiante,  desierto tórrido, o cordón montañoso transitémoslo  con la mejor predisposición, para continuar el largo camino al futuro.
No vivo el momento, lo gozo o lo sufro en un todo diario, me espera un pronto que se, será mejor.
La vida es río fresco y claro que va hacia un horizonte, no laguna estancada de olor nauseabundo.




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