FUTURO
No vivo el hoy.
No vivo el hoy como si
fuese el último día de mi vida.
Vivo cada día con la
proyección de un mañana mejor.
No vivo el hoy, como
una botella de vino bebiendo todo su líquido bordó… vivo el hoy, como una copa
de vino saboreándola cada momento, cada sorbo.
Guardo siempre para
mañana, otro trago, y cuando llega ese instante de disfrute elegir el mejor sillón, colocar la música que me agrada y volver a
saborearla lentamente.
No le tengo miedo al
mañana, ni al futuro, por ello proyecto al presente para el más allá. Los conflictos
cotidianos los resuelvo con serenidad, es parte de la existencia, no podemos obviarlos.
Recluyéndonos en un mundo ficticio, es colocar una venda en nuestros ojos. Salir
a la lucha, mezclarnos con el ruido de las calles, llenarnos de sonidos, de
luces, gritos, empaparnos del movimiento civilizado, negarlos es retroceder.
Aprendí, lo que la vida me enseñó muy bien, que el
mañana es mejor. Que el día presente tiene esa magia ínfima, que se convierte
en pasado en un suspiro. Que lo precipitado se convierte en afabilidad, si así
lo deseamos.
Hoy es un segundo,
siempre somos un mañana por vivir, no derrochemos en un solo soplo todo lo que
podemos dar.
El ahora es
calculador, matemático egoísta y frío, el hoy se aprecia en calma observando
sus matices. Mañana, con lo vivido, le
podemos dar otras tonalidades, para quitarle el rotulo de mediocre o rutinario.
El día de hoy es
cambiante, desierto tórrido, o cordón
montañoso transitémoslo con la mejor
predisposición, para continuar el largo camino al futuro.
No vivo el momento, lo
gozo o lo sufro en un todo diario, me espera un pronto que se, será mejor.
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