IMPRECISO
Solo dos pasos y la encrucijada cuando retumba la voz entre
las paredes erradas. El rojo baña tu rostro en este océano de sábanas. En las
calles, invierno, en mi corazón escarcha, tu pasión desmedida y mis ropas caídas.
Lágrimas de flores secas ante tu vertiente cantarina, que solo pretende mi
fondo, yo estrellas suspendidas y reverdecer en caricias. Arrastra mi cuerpo hasta el borde de la cama, profundo
el abismo de querer ser amada. Espacio perdurable el que nos separa, mar inmenso
sin barca, marinero sin remo ni anclas, opuestos sabores confusas pasiones, toques
precisos, labios sonriendo, desnudo paisaje sin montes.
Desvelándonos todo queriéndonos
nada.
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