Si me sostengo de esa cañita voladora, en esta próxima Navidad
y me remonta hasta el cielo buscando una estrella regresaría con ella el año
próximo, para caer enamorada entre tus brazos.
Y si me desnudo, saco mi piel como víbora aletargada de
invierno, renovándome en una nueva primavera con la inocencia del ayer que
queda entumecido bajo rocas de olvido y telarañas de indiferencia, renacería en
ti.
Y si tu mano traspasara la barrera, dejara de lado el desamor y se aferrara a la ilusión
de ser feliz endulzando cada día con migajas de merengues que al descuido o no
dejaras en tus labios, para quitártelos
con un beso, tu sonrisa iluminaría las mañanas porteñas de un día interminable.
Y si lo efímero lo rompiéramos con nuestra eternidad.
Y si la melodía nos atrapara con notas de amor y vino tinto
embriagando de deseo nuestra ser, la espera caería derrotada.
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