CUENTA CERRADA
Sentada mirando mis manos. En una, una tarjeta de crédito,
en la otra un resumen de cuentas. Al frente de esta plaza en donde estoy
sentada, el Banco.
Y me dijeron que no. Y no hubo forma de revertir la
situación. Mi crédito se acabó en el momento en que emití un cheque por valor a
mil besos de amor. Pasé el límite del crédito, y mi saldo quedó en rojo, no lo
pueden cubrir.
El mismo rojo pasional que vive mi corazón, por tu amor.
Pedí hablar con el Gerente, y él me explicó que es así, que
en la vida hay que cuidar los ahorros, y cuando no hay garantías de devolución
corremos el riesgo de quedar en la ruina, y quebrar los sentimientos.
Y miro mis manos. Y te recuerdo. Y no hubo garantías, y
derroché amor. Y no obtuve respuestas de tu parte.
Pienso que puedo pedir un préstamo, a diez años… los
intereses son altos, pero quizás… tus ojos me miren diferentes. Y al nacer tu
amor por mi, pueda cubrir mi caja de
ahorro con caricias, besos, halagos, y pueda devolverlo antes de la fecha
pactada….
O… mejor…. Si envolvieras con tus brazos mi cuerpo azul de
ausencias, me convertiría en una caja de seguridad, llena de brillantes sueños
cumplidos, de acciones cotizadas en la
Bolsa de Cariño… invertiría en proyectos felices, ilusiones bursátiles,
y canjearía futuros y opciones a largo
plazo de felicidad, por esta angustia que siento hoy.
También… si me amaras, en algún momento de tu vida, sería
millonaria de felicidad, no pagaría más
el Monotributo al Desamor, y pasaría a Ganancias del Corazón…ya se que
es más oneroso ese impuesto, pero mi rostro reflejaría una sonrisa que en estos
últimos años la he guardado en el baúl y
no la he sacado, ni para colocarla en Plazo Fijo. Algún bicho se la puede
comer… pero mi tristeza no da para verla.
El Gerente del Banco me miró, sus ojos grises, despidieron
una luz de desolación. Movió su cabeza de un lado al otro, dos veces. Colocó su
mano en mi hombro, en ese momento, sentí que me comprendía… él también había caído
en bancarrota.
Sentada en el banco de esta plaza, mirando mis manos, en una
la tarjeta de crédito, en la otra, el resumen de cuenta, al frente quedó mi
amor.
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