JUAN Y SU CEGUERA
“NO EXISTE LA FELICIDAD
QUE VIENE DE AFUERA, TIENES QUE ENCONTRARLA EN TI MISMO”
Beethoven
Juan dialoga con eminentes filósofos de la Universidad , analiza
con psicólogos, y quiere elevarse con los mejores maestros espirituales, pero
si no abre su mente y no tiene voluntad de ver; todo experimento es vano.
Seguirá deambulando, buscando y “no hay peor ciego que aquel
que no quiere ver” y más aquel que no ve
sus propios errores y desaciertos.
Juan seguirá visitando jardines, libando flor tras flor, como un picaflor,
saboreando sólo lo que le conviene y hundiéndose sin darse cuenta, en su propio
egocentrismo.
Mientras las horas van
pasando, con ellas la vida de Juan y sigue rodeado de frases que endulzan momentáneamente,
que no sabe comprenderlas. Camina sin saber qué está pisando ni dónde le lleva
el camino que nuevamente cambió.
En ese andar estrepitoso e introspectivo a la vez pierde los verdaderos
afectos, y se queda solo rodeado de aduladores de la misma corriente indecisa. Enfatizando
palabras redundantes, y Juan gira en una felicidad propia ficticia que no abarca más que a él mismo,
cuando en su interior continúa perdido.
Siempre hay tiempo para reaccionar, pero no siempre, porque Juan
no sabe a que hora le golpeará la muerte la puerta, mientras él siga buscando
lo que no quiere ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario