Fluyen las palabras como lava del volcán

martes, 30 de julio de 2013

JUAN Y SU CEGUERA





JUAN Y SU CEGUERA


“NO EXISTE LA FELICIDAD QUE VIENE DE AFUERA, TIENES QUE ENCONTRARLA EN TI MISMO” Beethoven

Juan dialoga con eminentes filósofos de la Universidad, analiza con psicólogos, y quiere elevarse con los mejores maestros espirituales, pero si no abre su mente y no tiene voluntad de ver;  todo experimento es vano.
Seguirá deambulando, buscando y “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”  y más aquel que no ve sus propios errores y desaciertos.
Juan seguirá visitando jardines,  libando flor tras flor, como un picaflor, saboreando sólo lo que le conviene y hundiéndose sin darse cuenta, en su propio egocentrismo.
Mientras las horas  van pasando, con ellas la vida de Juan y  sigue rodeado de frases que endulzan momentáneamente, que no sabe comprenderlas. Camina sin saber qué está pisando ni dónde le lleva el camino que nuevamente cambió.
En ese andar estrepitoso  e introspectivo a la vez pierde los verdaderos afectos, y se queda solo rodeado de aduladores de la misma corriente indecisa. Enfatizando palabras redundantes, y Juan gira en una felicidad propia  ficticia que no abarca más que a él mismo, cuando en su interior continúa perdido.

Siempre hay tiempo para reaccionar, pero no siempre, porque Juan no sabe a que hora le golpeará la muerte la puerta, mientras él siga buscando lo que no quiere ver.

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