Fluyen las palabras como lava del volcán

martes, 23 de julio de 2013

JUAN Y EL MAÑANA





JUAN Y EL MAÑANA.

Juan salió de la librería con dos cajas. Una tenía gomas de borrar, la otra lápices negros.
Llegó a su casa, entró, cerró la puerta, se paró frente al espejo y comenzó a  borrar la imagen que reflejaba.
Imposible.
Se dio vuelta y con manotazos alocados intentó borrar  el espacio  que lo rodeaba.
Imposible.
Furioso tomó la caja de lápices y los rompía demencialmente.
Inútilmente.
El pasado no se borra, ni se niega. Es el bagaje de vivencias que forman nuestra vida.
El hoy no se borra. Cada segundo es un después.
El futuro es inevitable, se escribe, se bosqueja, quien no lo acepta rehuye de las responsabilidades.
La vida es pasado, presente y futuro.
Si Juan niega uno de esos momentos de la existencia está impidiendo realizarse como persona.
Juan  solo vive en un hoy, sin un mañana…y  quien vive alocadamente se elude a si mismo.
Todos los días son días nuevos para proyectar con las experiencias del día anterior.
Juan abre la ventana, se sienta y mira el paisaje.
Juan se tapa la cara con las manos, llora. Descarga su deprimido corazón.

Juan le tiene miedo al futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario