GOMA DE BORRAR
Solo quiso escribirle horizontalmente, cuando ella no tenía
planeado ningún viaje hacia el poniente.
Él le trazó una noche dibujos en el aire, fugaces proyectos
lineales que borró al instante, invadido por el recuerdo angustioso de verse
como una obra de arte desprestigiada.
Ella le trazó en una noche un camino llano, sin pasados que tropiecen sus pasos, un jardín
calmo, sin muchos altibajos y diálogo.
Él volvió a querer escribir palabras en su espalda, con besos mudables, y caricias
banales.
Ella insinuó deambular por otras sendas no mundanas, cambiar
estaciones matizando etapas con colores diferentes.
Él dibujado en papel de diario… tomó una goma y se borró.
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